Es cierto que se ha leído mucho en Twitter acerca de la III Guerra Mundial, y se han visto tweets del tipo:
+Abuelo, ¿cómo empezó la Guerra?
-Pues mira, todo empezó cuando el FBI cerró Megaupload...
Y es que casi podemos afirmar que en su momento supuso un gran colapso de las redes sociales este hecho, así como la posible implantación de la Ley Sinde y el llamado Canon Digital. Siempre la sociedad se ha tenido que enfrentar a la piratería, a pesar de todas las medidas que se han decidido tomar, como cerrar la plataforma creada por Kit Dotcom, la situación no cambió ya que surgieron páginas que cumplieron la función de esta. En el caso de Megaupload, uno de los motivos por el que se afirmó su cierre fue la violación de la propiedad intelectual, la cual tiene que ver con todas las creaciones de la mente. La propiedad intelectual tiene bastante que ver con los llamados copyright, o los derechos de autor, por los que se regulan los derechos morales y patrimoniales que la ley concede a los autores por la creación de obras. Sin embargo, el llamado copyright tiene fecha de caducidad: pasados los 50 años de la muerte del autor, la obra pasará a dominio público.
El copyright es una licencia sobre la distribución de la obra u producto, y es la más privativa. Hay que destacar que hay más tipos de licencias, entre las que se destacan las copyleft, por la cual se establece la libre distribución de copias y modificaciones; y las creative commons, con derecho a copiar, distribuir, exhibir y representar la obra. Dentro de estas últimas, encontramos otro tipo en función del rendimiento que se desee obtener del producto.
Tras haberlas enunciado y haber indagado en ellas a través del documental ¡Copiad, malditos!, bajo mi punto de vista la licencia que debería ser más utilizada sería, dentro de las creative commons, la de reconomiento, por la cual, cada vez que se reproduzca la obra se debe mencionar al autor de la misma. Creo que sería la más adecuada ya que deberíamos dejar de ser tan calculadores y de estar tan preocupados por el dinero, y se debería contribuir a construir una cultura que identifique a nuestra sociedad, sin tener fines económicos.